Bristol Temple Meads no solo es la estación de tren más antigua y más grande de la ciudad, también es un centro de transporte crucial que da servicio a una docena de trenes por día. Se estableció en 1849 como la terminal occidental del Great Western Railway, la cual opera la mayoría de los servicios de trenes existentes. Además, cuenta con otros operadores de trenes, como CrossCountry y South Western Railway.
Aparte de los servicios de la estación, el edificio de la estación Bristol Temple Meads también es una obra arquitectónica impresionante. Según Simon Jenkins, se encuentra en el top 10 de las 100 mejores estaciones de tren de Gran Bretaña, donde fue puntuada con cinco estrellas.